domingo, 16 de mayo de 2010

¡OH, DIOS MIO! – AUDITORIO BEN AMI

Concurrí a ver una función de esta obra de teatro de Anat Gov, muy intrigado porque la idea general del libro me producía una curiosidad muy grande…asistir a una sesión de terapia en la cual el paciente era nadie más ni nadie menos que... DIOS… y al finalizar la representación, la única expresión que salió de mi boca fue…¡Oh, Dios Mío!. El texto es muy interesante, pero como lectura, porque es demasiado extenso para una obra teatral en la cual participan solamente dos personajes, por un lado y por otro lado debe estar muy bien dirigido y actuado para que el texto no se torne pesado y tedioso, como lo resulta en esta puesta de escena. Silvia FRANC en el papel de la Psicóloga, esta sobreactuado por demás, tendría que bajar un poco la energía que le pone porque esta totalmente pasada y no se le cree nada, por su parte Eduardo WIGUTOW, si bien esta correcto en su interpretación de Dios, para lo cual usa el recurso de su excelente voz., tampoco llega a conmover con el conflicto que plantea su personaje. Ya desde la escenografía, se puede intuir que vamos a ver algo que no se supo bien hacia donde quería ir, ya que si la misma puesta, pero con cámara negra y dos elementos más que podrían ser una silla y un sillón hubiese estado correcto y todo los demás ambientes o personajes que están pero no aparecen (el hijo de la terapeuta) se podrían haber solucionado con un juego de luces y hubiese sido totalmente diferente. Se nota mucho las marcaciones del director, es una puesta un poco antigua, ya que se hacen automáticamente y no se ven naturales. Y el final es más que previsible. En el texto hay demasiados datos que pertenecen a las costumbres de la comunidad judía, y más allá de que el auditorio pertenezca a la AMIA, no se si es necesario tanta información, ya que, no creo que todo el público que asiste pertenece a la referida comunidad. Una pena porque con un texto interesante e inteligente, no se logró llegar a lucirlo. Mi calificación es un 4…